El señor Charles Lucom conoció en Panamá a quien fue su
compañera hasta el lecho de muerte, la señora Hilda Piza o Hilda Lucom. De
familia de la alta sociedad panameña, Hilda tuvo cinco hijos antes de casarse
con Wilson Charles Lucom. Ellos no objetaron públicamente las nupcias de su
madre con Charles Lucom, sin embargo el empresario norteamericano nunca fue del
agrado de los hijos de Hilda.
Los 5 hijos son de apellido Arias, uno de los apellidos “yeyé” de Panamá. Para
ellos Lucom no era mas que un recién llegado y a pesar de que hizo grandes
inversiones en el país, entre ellas la Hacienda Santa Mónica, los Arias nunca
lo respetaron como padrastro ni lo consideraron parte de la familia.
Por todo lo anterior, Charles Lucom decidió hacer gala de su
filantropía y modificar el texto de su testamento para así dar como herencia la
Hacienda Santa Mónica a los niños pobres de Panamá, con ello se realizaría un
fideicomiso millonario que disminuiría las necesidades de familias en pobreza
extrema, dándole a estos niños la oportunidad de salir adelante con una vida
digna y con más oportunidades de las que cuentan.
Sin embargo, luego del fallecimiento de Lucom vino una serie
de movidas inesperadas, la mayoría de ellas sobrepasando la legalidad jurídica
panameña. Los Arias, junto con su madre y viuda de Lucom pusieron manos a la
obra para invalidar la última voluntad de Charles. Lo peor de esta historia es
que lo lograron, luego de un acuerdo entre los Arias y Alberto Vallarino para
una futura venta a este último si él los ayudaba a quedarse con las tierras
violando el testamento, y con ello, a la justicia panameña.
Evidencias de este caso han salido a la luz pública de forma
reiterada, inclusive hay grupos de panameños que se han dado a la tarea de
investigar de forma independiente, pero la justicia es “ciega” ante sus
demandas.
Tal es el caso de Sonia Álvarez Pérez, otra víctima de
Alberto Vallarino y su grupo de abogados liderado por Infante y Morgan
& Morgan. Sonia es dueña de otro grupo de tierras en Coclé, tierras que
colindan con la Hacienda Santa Mónica y el desarrollo Buenaventura en Juan
Hombrón. Esta panameña ha recogido una gran cantidad de evidencia que dan fe de
los ilícitos cometidos por Vallarino y su gente.
¿Por qué las autoridades no dan explicaciones de cosas como
las presentadas en el siguiente documento, donde Hilda Lucom solicitó un poder
para la firma de Infante, abogado de dudosa reputación en nuestro país y uno de
los artífices de la anulación del
testamento de Lucom? Todos los intentos de hacer justicia de la verdadera en
nuestro país se detienen cuando tocan los intereses de grandes grupos
económicos, pero sobre todo codiciosos.
Igual pasa en los medios, esperemos que más pronto que tarde
se alcen las voces contra las injusticias que han dejado sin recursos a los
niños que de verdad lo necesitan, los niños de bajos recursos de nuestra
Panamá.